martes, 20 de octubre de 2009

El reloj marco las 9:00 pm. Ella estaba feliz, disfrutando de un gran momento junto a sus amigos, sin ver, su celular comenzó a sonar, vió quien era y atendió sin prisa.
Su cara cambio , y su estado de animo pasó a un grado menor. Entre las risas ella no se distinguia, solo pensaba en las palabras que escuchó en el llamado.
Era tiempo de irse, agarró sus cosas, saludo uno por uno, y se subio a su gran coche gris; a su lado estaba su padre, lo saluda y repentinamente miles de palabras salieron de su boca, ella no entendí nada.
Llego a su casa, se sienta en la computadora y su madre junto a ella, la ignorancia abundaba y al pasar el tiempo sus ojos se llenaban de lagrimas.
Despúes de unas horas, su madre decidio mirarla a los ojos, se sento cautelosamente y le empezó a hablar... eran palabras sin entendimiento,sin motivo, palabras hirientes, que solo traian a su vida más dolor. Unos minutos despúes volvio el silencio. Su madre se levanto y la dejó sola, ella sintio el mundo abajo, sin nadie alredor y con miles de lagrimas en los ojos. Se paró y se dirigio al baño, frente a frente con ella misma, sus ojos rojos de tanto llorar, decidió y prometio que nunca más le harian daño... quizá son promesas sin cumplir, pero en ese momento no quizo sentir mas dolor.
Secó sus ojos, y volvio a su vida... la vida que jamás quizo tener.

Ludmila Torres.

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