sábado, 30 de mayo de 2009


Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y, al fin, andar sin pensamientos.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento.
Después, ¿qué importa del después?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado.

1 comentario:

  1. Por favor, no sufras tanto. No lo hagas.
    ¡No más rendiciones sucumbiendo al recuerdo! ¡Nunca más cargues a la espalda sueños que no se desperecen con un susurro!

    El después sí que importa, y nada, nada, nada merece la pena tanto como tu sonrisa.

    Un fuerte abrazo

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