jueves, 6 de noviembre de 2008





Eran dos amigas, dos amigas donde veian un mundo diferente, donde ellas las lagrimas las convertian en risas, y las risas en más risas.
Ellas prometieron estar unidas siempre, pese a las tormentas y dificultades, unidas así era su lema.
Eran felices, a su manera; cada una con algo distinto, pero unico, y eso, eso era lo que las hacia brillar en cualquier lugar que estuviesen.
Pero un día las cosas cesaron. Pasaron dias, semanas y meses, y ese brillo que tan solo ellas tenían se fue apagando.
Tal vez la culpa no fue de ellas, tal vez si; pero las lagrimas que antes eran convertidas en sonrisa, hoy solo son simples lagrimas.
Es un mar de confusiones; es un rio de sentimientos, y ahi esta esa niña sentada sin saber para donde ir, con la cara empapada de lagrimas, y a dos cuadras está ella, queriendo ir a abrazarla y decirle que su amistad le pertenece, pero no puede, ¿por miedo? no lo sé.
Hace frío y esta oscurenciendo, y esas amigas, esas dos amigas ya no ven el mundo como es.

2 comentarios:

  1. Los momentos de crisis son motores, si se saben aprovechar.

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  2. Estoy de acuerdo con Ladelmedio.
    Sólo se aprende de las caídas y, cuanto antes vengan, mejor. Después ya caminarás erguida.

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